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En el mundo de los bienes raíces en México, uno de los temas que genera más dudas (y muchas veces confusiones) es el de los ejidos. Si has escuchado que un terreno es “ejidal” o que "hay que sacar el dominio pleno", y no sabes exactamente qué significa, no te preocupes: en este artículo te lo voy a explicar de forma sencilla, práctica y muy clara.
Conocer cómo funcionan los ejidos es clave, sobre todo si estás pensando en invertir en tierra en México.
Un ejido es un tipo de propiedad que nace del sistema agrario mexicano. Durante décadas, el gobierno otorgó tierras a comunidades o grupos de campesinos conocidos como ejidatarios, quienes tienen el derecho de usar y trabajar esas tierras, pero originalmente no podían venderlas ni convertirlas en propiedad privada.
En pocas palabras:
El ejido funciona como una pequeña comunidad organizada con sus propias autoridades internas:
Toda la información y los registros de los ejidos están inscritos en el Registro Agrario Nacional (RAN), que es la institución encargada de llevar el control de los derechos ejidales en México.
Aquí es donde empieza lo delicado. Un terreno ejidal NO puede ser vendido libremente mientras conserve su carácter ejidal. Si alguien te ofrece comprar un terreno ejidal sin haber realizado el procedimiento legal correspondiente, debes tener mucho cuidado, porque podrías poner en riesgo tu dinero.
Para que un terreno ejidal pueda ser vendido legalmente a un particular (sobre todo a alguien que no es miembro del ejido), primero debe pasar por un procedimiento llamado DOMINIO PLENO.
El dominio pleno es el procedimiento mediante el cual un ejidatario puede convertir su parcela en propiedad privada plena, es decir, en un terreno con todos los derechos de propiedad, listo para ser vendido, escriturado y registrado ante el Registro Público de la Propiedad.
Una vez que el terreno pasa a dominio pleno:
El proceso, en resumen, es el siguiente:
1️⃣ El ejidatario solicita la autorización de la Asamblea Ejidal para iniciar el trámite.
2️⃣ Se presenta la solicitud ante el Registro Agrario Nacional (RAN).
3️⃣ El RAN revisa que la tierra sea susceptible de dominio pleno (es decir, que no tenga restricciones).
4️⃣ Una vez autorizado, el RAN emite la resolución de dominio pleno.
5️⃣ Finalmente, se lleva a escritura pública ante un notario y se inscribe en el Registro Público de la Propiedad.
Nota importante: No todos los terrenos ejidales pueden convertirse en propiedad privada. Hay casos donde por la ubicación, uso de suelo o reglamentos internos, no se permite el dominio pleno.
Sencillo: porque muchas veces hay ofertas tentadoras de terrenos baratos, pero cuando preguntas por la escritura, te dicen: “es ejido”. Y si no conoces el proceso, podrías terminar comprando algo que no puedes escriturar ni vender legalmente.
Invertir en tierra siempre es una gran oportunidad, pero en el caso de terrenos ejidales, es fundamental verificar:
Los ejidos siguen siendo una parte muy importante del sistema de tierras en México. Existen millones de hectáreas de tierra ejidal que, correctamente regularizadas, pueden convertirse en excelentes oportunidades de inversión.
Por eso, antes de comprar cualquier terreno, asegúrate de entender el estatus legal de la tierra. Siempre asesórate con expertos en temas agrarios y notariales. La certeza jurídica siempre será tu mejor inversión.